La tarde dejaba sentir la brisa marismeña como una dulce caricia, nos asomamos al balcón de la explosiva naturaleza de Doñana, un balcón a la marisma donde se agudizan los sentidos. La carita de mi David lo dice todo, dulce como la tarde, tan solo transmitía paz.
FOTO/ESTUDIO LOS TRES AIRES by Longobardo. ASOMATE AL BALCON DE DOÑANA.
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